Por fin Jane llegó a donde se localizaba
Damián.
-¡Bien! He aquí estoy, ya no hay vuelta
atrás. –Se dijo a sí misma mientras respiraba hondo.
Llamó a la puerta y de inmediato Damián le
atendió. –Jane, ¡Hola! ¡Qué sorpresa que estés por aquí! ¡Adelante pasa!
Jane pasó y se acomodó en un pequeño sillón
de la sala principal, echó una mirada rápida al departamento, tenía un toque
muy elegante y fino al mismo tiempo, reflejaba masculinidad y que se trataba
del departamento de un soltero, un joven soltero con gusto por el deporte y
actividades relacionadas.
– ¿Puedo echar un vistazo? Si no te
molesta, claro. –Dijo Jane a Damián el cual le preparaba un café y un Whisky
para Él. –Desde luego, con confianza. –Respondió Damián.
Al fijarse mejor, Jane notó varios trofeos
en una vitrina, también un gafete de capitán sobre una camisa con el número 1,
volteó hacia la chimenea, donde yacían un tipo de careta y un sable que
deslumbraban al darle la luz, en la pared opuesta se encontraban varias cintas
de color, flechas con su respectivo arco y unos mosquetes. –Quizás Damián es un
asesino a sueldo o algún tipo raro que mata por placer. –Exclamó Jane en un
tono bastante audible. –Ninguna de esas cosas, querida, sólo mato cuando estoy
aburrido. –Susurró Damián al oído de Jane, de una manera tétrica y muy
desconcertante. Al instante Jane se puso de pie y se armó con lo primero que
vio, sus zapatos, uno en cada mano, lo cual se veía ridículo e inútil.
–Calma Jane, tanto tiempo conociéndome y
por simples detalles ya piensas lo peor de mí. Damián estaba en lo cierto, no
había razón aparente para desconfiar en él.
– ¡Ay! ¡Maldito estúpido! Casi me matas de
un infarto, bueno espero una explicación coherente de todo esto. –Expresó Jane
iracunda y a punto de romper en llanto.
–La hay, ¿Ves estos trofeos? Bueno eran
cuando jugaba y era capitán en la universidad de Cambridge, Inglaterra. Ahora,
los mosquetes que contemplas son muy antiguos, se cargan por la boca y usa
mechero, sería más eficaz agarrar a alguien a piedrazos que atacarla con esto,
sin mencionar el ruido que generaría, mmm…
por otra parte aquella careta y el sable sólo le son otorgados a los
primeros lugares en esgrima.
– ¡Hey! Comprendo que no eres lo que dije,
era un juego, ahora… si estoy aquí es porque quiero hablarte de un tema que te
incumbe, Sharon, para dejarnos de rodeos.
Damián apresurado por escucharla hizo a un
lado sus preciados trofeos y tomó asiento cerca de ella.
–Te lo contaré, pero debes de asegurarme,
prometerme, es más jurarme que no te pondrás como loco, te lo pido como favor
de amigos. ¿Entendido? ¿Puedo confiar en ti? –Cuestionó Jane en un tono de voz
demasiado serio, muy fuera de lo convencional, parecía que alguien se hubiera
muerto y ella era la anunciadora del infortunio.
–Por supuesto que sí, te lo prometo. –Dijo
Damián con voz tenue y una leve sonrisa.
Jane se apresuró a contarle las
circunstancias, empezando por la ubicación de Sharon, las propuesta de Roberto,
la inquietud de no sabes cómo reaccionar ante tal, inclusive lo exhortó con las
palabras pronunciadas por aquella agradable dama, Lizeth, especialmente lo
último estaba ahora calando a Damián, mismo que se llevaba la mano al mentón mientras
miraba al suelo o simplemente hacía un círculo con pie en el piso.
–Bien, Damián ¿Qué piensas con respecto a
lo que te he dicho? –Aseveró Jane mientras se recostaba tal cual si tuviera un
peso menos sobre ella.
Con solemne y apacible voz Damián contestó.
–Primero, Jane querida, te hice una promesa de no perder la cordura, de lo
contrario ya hubiera ido a darle una entretenida visita a Roberto, segundo, te
agradezco que me hayas contado pero… ¡uf! –Suspiró Damián, agachó la cabeza y
profirió lo siguiente. –Jane, aunque me gustaría estar allí donde está Sharon,
sé a la perfección que en caso de hacerlo la perjudicaría, mi presencia la
haría sentir ofuscada, un poco acosada inclusive, es más creo que la confianza
y cariño que ella me tiene podrían convertirse en algo contrario, y es quizá a
lo que más le tengo miedo, sí, a perder su confianza, su amor y sobretodo a
alguien tan única, especial, tierna y con tantas cualidades como ella,
simplemente no me hago a la idea de decirle adiós y al mirarla marchar evitar
sentir el dolor que se despierta en mi corazón, es más…
– ¡Por Dios!, Damián, ¡escúchate! ¿Estás
bien o te estás rindiendo? –Interrumpió Jane asombrada y en cierta forma fuera
de sí.
–No, Jane, rendirse es diferente, por el
contrario estoy dando tiempo al tiempo, siempre tenemos la oportunidad de
enmendar y dar marcha atrás así no haya más donde ir, ¡mira! lo que siento por
Sharon va más allá de un cariño, un aprecio o una simple atracción, a ella la
amo, y amor implica reconocer que uno ha fallado y ha ido alejando a esa
persona, ahora sólo resta esperar a que mi amada esclarezca sus sentimientos y
si conoce a alguien más que la haga feliz, ¡LO QUE SE DICE REALMENTE FELIZ!
entonces lo aceptaré gustoso. –Ahora la voz de Damián se encontraba medio quebrada
y se notaba que brotaban sentimientos genuinos en cada palabra.
Jane se quedó callada, ante las palabras de
Damián, un largo y abrumador silencio se apoderó de la habitación.
– ¡Vamos Jane! te quedas callada como si te
hubiera dicho algo grave, ¡tranquila!, ve con tu amiga, hazla reír y
diviértanse.
Damián sonaba compungido y sincero, triste
a la vez, pero eso no le evitaba denotar una ligera sonrisa.
–Claro Damián, créeme que lo haré, tengo
retirarme, aunque no sin irme y decirte que hoy me has sorprendido, gracias por
entender y en especial por querer a Sharon.
–Es nada, ¡eh! Tienes un viaje ¿No? –Dijo
Damián, quien se apresuró a abrir la puerta.
Luego de una amena despedida y una vez
fuera del departamento Jane sintió pena y un poco de tristeza por él, después
de todo estaba actuando como no solía hacerlo ¿Dónde había quedado aquel patán?
¿O qué estaría tramando Damián?
¡Hoola! Me gusta mucho tu blog y la forma en la que escribes. Trataré de ponerme al día con la historia :3
ResponderEliminarTe aviso que ¡tienes un premio en mi blog! Cuando puedas, pásate y responde las preguntas *.*
http://lautopiademimente.blogspot.com/
Un beso virtual y un deseo de alegría (: